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Cultivar aloe vera en casa

El Aloe Vera es una de las plantas con más propiedades medicinales que se conocen hoy día; y, cuanto más se investiga sus componentes, más beneficios se le descubren.

Un hecho interesante es que esta planta suculenta de la familia de los cactus es muy fácil de cultivar en casa.

El aloe vera crece perfectamente bien en una maceta, y necesita para esto suelos porosos, un poco ácidos y sin fertilizantes. Es importante que el agua fluya bien para evitar que el suelo se encharque, lo que podría hacerle bastante mal a nuestra planta. En cuanto al tamaño de la maceta, una de medio metro de diámetro sería ideal, con lo que las hojas podrían crecer perfectamente bien sin que el tamaño de las raíces les quite energía.

Teniendo en cuenta que el Ale es similar a un cactus, no deberíamos regarlo demasiado seguido, ya que sus hojas pueden retener una cantidad enorme de agua. Con un cuarto de litro de agua para una planta joven y tres cuartos a una de más de dos años bastaría. También conviene regar por la mañana, para que pueda evaporarse el exceso de agua.

Se puede tener esta planta en el interior si se le proporciona luz abundante. En caso de que vivas en una zona fría o templada es lo más recomendable, ya que no soporta las heladas. En cambio, si vives en una zona de climas cálidos, quizá convenga más tenerla en el exterior, ya que  crecerá incluso durante más tiempo y con mucha más fuerza, teniendo un período de retracción más corto.

Los beneficios del aloe vera se encuentran en sus hojas. Es recomendable no cortarlas antes de los dos años de vida, y aprovechar siempre las más grandes y gruesas. Claro que deberías utilizar el gel lo más rápido posible, para que no pierda sus cualidades benéficas.

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Propiedades del Ajenjo y precauciones que debemos tener

Las propiedades medicinales del ajenjo son conocidas tradicionalmente en el ámbito de la medicina natural.

Los beneficios del ajenjo se dan, por ejemplo, en la digestión. Esta hierba estimula la producción de bilis, así como la actividad del hígado. Beber una infusión de ajenjo media hora antes de la comida ayudará a su correcta metabolización. También actúa beneficiosamente sobre el aparato urinario, y sobre el aparato reproductor femenino en su conjunto, siendo un potente emenagogo que provoca contracciones uterinas para facilitar el vaciado menstrual.

Sin embargo, hay enormes precauciones que deben tenerse en cuenta al realizar un tratamiento con ajenjo, ya que esta planta puede tener un alto grado de toxicidad.

Por empezar, no debiera consumirse nunca durante el embarazo, puesto que podría provocar un aborto espontáneo. Tampoco es indicada en casos de epilepsia o congestión cerebral, ya que puede resultar neurotóxico, desencadenando trastornos psíquicos y sensoriales.

En caso de haber utilizado el ajenjo como emplasto directamente sobre la no deberías exponerte al sol directo por unas cuantas horas. Hay que tener en cuenta, también, que el ajenjo debe ser consumido lejos de las comidas; como mínimo media hora antes o una hora después.

Debido a su efecto sobre la vesícula biliar, no debería ser ingerido por personas que tengan úlceras gastroduodenales e intestinales, o síndrome del intestino irritable.