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Beneficios del arándano para mejorar las capacidades cognitivas ayudando a prevenir el Alzheimer y la demencia senil.

Vaccinium myrtillus es el nombre científico de la planta conocida comúnmente como mirtilo (pequeño mirto), arándano o mora azul.

Su origen se ubica en los países escandinavos, en donde crece como alfombra natural en los bosques boreales al pie de los pinos píceas. También crece como planta silvestre en los bosques templados del norte de Europa (más que todo en Irlanda, Islandia, Polonia y Escocia), en la zona boreal de Asia y en algunos países del sur de Europa, específicamente en zonas montañosas con suelos húmedos y ácidos.

Otras variedades de arándano, como el arándano rojo o azul, crecen en Norteamérica, Chile, Argentina, Nueva Zelanda y Australia.

El mayor productor de arándanos rojos y azules es Estados Unidos, seguido por Canadá y en tercer lugar Chile, en donde esta planta fue introducida hacia los años 1980. También se produce masivamente en Argentina, Nueva Zelanda y Australia, mientras que en Europa, el arándano común o arándano negro, se produce mayormente en Francia, Holanda, Alemania, Polonia y España.

El mirtilo o arándano común es un pequeño arbusto perteneciente a la familia de las ericáceas. Sus ramas son verdes y crecen erectas alcanzando hasta un metro de altura. Las hojas crecen alternas y son de color verde más claro que el de las ramas, ovaladas, con textura similar a la del cuero y de bordes finamente dentados. Pueden crecer hasta 3 cm de longitud. Las flores del mirtilo crecen hacia abajo, en forma de linterna y son de color rosado o verde-rosado con cinco sépalos y cinco pétalos. El fruto de esta planta es su parte más preciada y se recolecta entre julio y agosto. Son bayas pequeñas, de unos 5 mm, de color negro azulado y piel violeta.

Propiedades medicinales de la planta de arándano

Las partes utilizadas con fines medicinales son los frutos y las hojas. Los primeros son ricos en pecticinas, antocianinas, flavonoides, azúcar, vitaminas A y C, potasio, magnesio, hierro y calcio, mientras que las hojas contienen, entre otros componentes, flavonoides, hierro, manganeso, vitaminas A, B y C y taninos. Tantos las hojas como los frutos contienen mirtilina, un tipo de antocianina (pigmento natural) responsable del color violeta de los arándanos. Además, este compuesto tiene propiedades anticancerígenas e hipoglicémicas, entre otras.

Las bayas de arándano común tienen propiedades astringentes, antisépticas, antioxidantes, antidiarreicas y carminativas. Sus beneficios para la vista debido a su alto contenido en flavonoides han sido ampliamente descritos. También son coadyuvantes en el tratamiento contra las várices, la flebitis y los problemas circulatorios en general, así como en el caso de infecciones urinarias. Su consumo ayuda a eliminar las flatulencias y a regular las funciones del sistema digestivo. El consumo regular de arándanos puede mejorar las capacidades cognitivas ayudando a prevenir el Alzheimer y la demencia senil.

Las hojas de mirtilo se consumen en infusión para tratar la diabetes. A un litro de agua hirviendo se agrega una onza de hojas trituradas o picadas. Se hierve por 5 minutos y luego retira del fuego y se deja reposar hasta que enfríe. Se deben beber entre 3 y 4 tazas diarias. Esta infusión también es eficaz para curar diarreas y tratar la disentería. Utilizar esta infusión para hacer asientos alivia las hemorroides sangrantes, mientras que su uso tópico para limpiar la piel puede mejorar los efectos de la eccema o eczema.

 

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Estas son las 6 mejores hierbas para proteger el hígado

Para favorecer la salud del hígado, además de consumir estos remedios es muy importante que sigamos una dieta equilibrada y que reduzcamos la ingesta de grasas.

El hígado es uno de los órganos más grandes del cuerpo y su importancia radica en que cumple una amplia variedad de tareas imprescindibles para la vida.

Este se encarga de filtrar alrededor de un litro de sangre por minuto para hacer a un lado esas sustancias tóxicas que poco a poco se van acumulando.

También participa en la actividad hormonal y depura de gérmenes, alérgenos y sustancias químicas derivadas de los medicamentos.

Por si fuera poco, junto cpn la vesícula biliar es el responsable de la digestión de las proteínas y las grasas, y el correcto almacenamiento de los nutrientes.

Se estima que cerca de un 10% de la población mundial padece alguna enfermedad hepática como la fibrosis, la cirrosis, el cáncer o la hepatitis.

Estas disminuyen la calidad de vida del paciente y, en casos más graves, pueden conducir a la muerte.

Por fortuna, además de los tratamientos médicos que se han desarrollado para combatirlos, hay varias plantas que favorecen su limpieza y salud.

En este espacio queremos compartir las 6 mejores para que las consumas de forma regular.

1. Cardo mariano

Conocido en muchas culturas como el “guardián del hígado”, el cardo mariano es uno de los mejores remedios para prevenir y tratar las afecciones hepáticas.

Está comprobado que contribuye a depurar el hígado y la vesícula biliar y, además, tiene propiedades antiinflamatorias que ayudan a sanarlo.

Su ingesta regular elimina las sustancias de desecho y crea una barrera protectora frente a los radicales libres, el alcohol, los hongos y otros elementos perjudiciales.

También protege contra la diabetes, el exceso de colesterol y las enfermedades de sistema circulatorio.

Su consumo no debe ser superior a los 250 mg al día y se puede hacer a través de infusiones o ensaladas.

2. Alcachofa

Este tónico amargo tiene sustancias activas que regeneran los tejidos hepáticos mientras lo apoyan en sus procesos de digestión y depuración.

Sirve para combatir la urticaria, las alergias y las alteraciones en el pH sanguíneo. También previene la hepatitis, la insuficiencia renal y el exceso de colesterol.

Gracias a sus propiedades regula la producción de bilis y drena la vesícula biliar para evitar la formación de cálculos.

Su consumo puede hacerse a través de ensaladas, decocciones y batidos.

3. Raíz de diente de león

La raíz de diente de león es una hierba perenne que proviene de América del Norte y varios países de Europa.

Muchos consideran esta planta como una mala hierba, pero las raíces son un poderoso remedio que estimula los procesos de desintoxicación del cuerpo.

Está aconsejada para evitar el exceso de agua en los tejidos hepáticos, así como la inflamación de los mismos.

Aumenta la producción de la bilis e impulsa la eliminación de las toxinaspara facilitar la digestión.

Con esta hierba se obtienen cantidades significativas de vitaminas A, C y D, y minerales como el calcio y el hierro.

Se cuece en agua y se consume su té dos veces al día.

4. Hoja de menta

La menta es una planta medicinal que se ha empleado para promover el flujo normal de la bilis desde el hígado hasta la vesícula.

Los aceites esenciales que contiene apoyan la digestión de las grasas y mejoran la absorción de los nutrientes.

Sus vitaminas y minerales impulsan la expulsión de sustancias dañinas y previenen los daños en este órgano.

Se toma en infusión, limonadas o batidos.

5. Cúrcuma

Considerada también como una especia, la cúrcuma es uno de los mejores alimentos para remover las toxinas que se quedan atrapadas en la sangre y el hígado.

Su compuesto activo, la curcumina, tiene un efecto antiinflamatorio y antioxidante que restaura la salud hepática para un óptimo desempeño de sus funciones.

Su acción antioxidante participa en la filtración de la sangre y ayuda a eliminar las partículas dañinas presentes en esta.

Se utiliza para aliviar las condiciones que afectan al sistema circulatorio y es buena para el crecimiento de la flora bacteriana.

Está comprobado que su ingesta impulsa la depuración del hígado y frena el crecimiento de células anormales.

Se puede añadir en batidos, sopas, ensaladas y muchas otras recetas.

6. Celidonia mayor

La celidonia mayor es una planta que se utiliza como complemento de la limpieza del hígado y la vesícula biliar. Contiene sustancias activas que impiden la acumulación de moléculas dañinas y toxinas.

La historia cuenta que los griegos la emplearon como agente desintoxicante para mejorar la circulación y la salud en general.

Esta hierba estimula la bilis en el hígado y apoya la actividad de las enzimas en el páncreas.

Se consume a modo de infusión, sin exceder las tres cucharadas (30 g) al día.

Es importante que tengas presente que la ingesta de estas hierbas debe estar apoyada con una alimentación balanceada y reducida en grasas.

Los buenos hábitos de vida son determinantes para proteger este importante órgano.

 

Fuente: mejorconsalud.com